La pérdida de cultivos y los daños en viviendas han puesto en jaque a los habitantes de la región tras el incremento del caudal, que alcanzó los 2.108,38 metros cúbicos por segundo en tiempo real. Este fenómeno ha tenido un impacto devastador en la agricultura, uno de los pilares económicos y fuente de sustento para miles de familias.
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Campos inundados y cosechas arruinadas
Las tierras de cultivo, esenciales para la producción de alimentos y la estabilidad económica de la región, han quedado inutilizables debido a las inundaciones. El exceso de agua ha arrasado sembríos de arroz, plátano, maíz y otros productos clave para el abastecimiento local y nacional.
Crisis agrícola: efectos a corto y largo plazo
El impacto de estas inundaciones no solo compromete la seguridad alimentaria de la población, sino que también amenaza la sostenibilidad económica de los agricultores. La pérdida de cosechas implica menos ingresos para los productores, lo que podría traducirse en aumento de precios, escasez de alimentos y desempleo en el sector rural.
¿Qué medidas se están tomando?
Las autoridades han iniciado evaluaciones de daños y se espera que se implementen planes de recuperación agrícola con apoyo técnico y financiero para los productores afectados. Sin embargo, los agricultores insisten en la necesidad de medidas urgentes, como la rehabilitación de canales de riego y financiamiento para reactivar la producción.
El futuro de la agricultura en la región está en riesgo. La comunidad y el gobierno deben trabajar en conjunto para garantizar la recuperación del sector y evitar una crisis alimentaria en los próximos meses.
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