Gabriel Núñez del Prado ha publicado en Londres, donde reside, una obra que escapa a la tradición de las novelas sobre Lima. Cristóbal (Londres, 2024, York Tower Press, 446 pp) narra la peripecia de un joven nacido en los bordes de la clase alta limeña, y cubre un plazo que se ubica entre la curiosidad y la revelación.
Con tantas páginas, la novela se da el lujo de entrar a muchos espacios literarios y sociales, e incluso de articularlos entre sí. Aunque toca algunos espacios colindantes, el personaje Cristóbal Thomas Wharton es muy diferente de los protagonistas de las primeras novelas de Alfredo Bryce o Mario Vargas Llosa.
Lo que hace tan diferente a esta obra sobre lo limeño es la presencia de dos elementos claves: la presencia de una religiosidad andina sui generis, y el recurso a un esoterismo borgiano, que asoma en algunos temas y tonos. Cristóbal es un navegante de lo inesperado y lo deslumbrante, iluminaciones de las que recibe claves sobre su propia existencia.
El texto recurre a un manejo inusual del quechua, que no funciona como un lenguaje campesino sino como una suerte de lingua franca de las profundizaciones en el significado de lo peruano. Acaso con parecida intención, a partir de un punto el empleo del inglés se vuelve un símbolo de lo cosmopolita en boca de varios de los personajes.
Igual algunos lemas en latín son usados como emblemas de realidades inapelables. Núñez del Prado ve a Lima y su clase alta como experiencias de las que es necesario escapar. Dos o tres personajes entre filósofos, chamanes y brujos se lo van a permitir, en un laberinto de espejos en cuyo centro gira quizás la propia identidad del autor.
Rodean a Cristóbal el bajopontino Segismundo y Chouchouï, dos personajes que van iniciando al joven en el esoterismo universal, que incluye versiones peruanas de lo mágico. Como en el Jean-Cristophe (1912) de Romain Rolland, esta es una novela del encuentro de culturas distanciadas, a las que Núñez del Prado capta en algunas de sus secretas intensidades.
Entre las tantas Limas que ha mostrado nuestra literatura, esta de Cristóbal es la que mejor asume los secretos de la migración desde los Andes, y la que más caso les hace a los sobresaltos de la vida marginal.