Un humilde huerto escolar que se convirtió en un epicentro de aprendizaje y cambio. La primera sorpresa llega al ingresar al patio del jardín, donde en lugar del típico concreto y baldosas, nos encontramos con surcos de tierra fértil y plantas en crecimiento. Pero eso era solo el comienzo.
Aquí, los niños y niñas no solo aprenden matemáticas y letras, sino que también se sumergen en el mundo natural. Las hortalizas y verduras se entrelazan con las mariposas y otros insectos que encuentran refugio en este oasis verde. Los pequeños estudiantes, apodados cariñosamente «Carpinteritos», han descubierto el ciclo de vida de las mariposas mientras cuidan de sus hortalizas. La conexión entre la naturaleza y la educación es palpable en cada rincón del huerto escolar.
El huerto, sin embargo, no es solo un espacio para la contemplación. Es un aula viva, un laboratorio al aire libre donde los Carpinteritos realizan investigaciones científicas y desarrollan habilidades críticas. Observan, experimentan y aprenden de primera mano sobre la biodiversidad local. En este contexto, la educación se vuelve emocionante y tangible, lejos de las frías aulas tradicionales.
El proyecto educativo ambiental «Huerto Escolar» implementado en 2017 en la Institución Educativa Inicial Jesús el Carpintero del barrio Miraflores en Zarumilla liderado por la docente Mercedes Ynfante Azañero, ha demostrado ser una iniciativa altamente exitosa.
Su objetivo principal era promover buenos hábitos alimenticios, reducir la anemia y la desnutrición crónica infantil, y fomentar la conciencia ambiental entre los niños y niñas. Además, se convirtió en un espacio para la investigación científica y mejoró la convivencia escolar en una región con altos índices de violencia ciudadana.
LEER MÁS: Bono 800 soles para guías de turismo, ¿cómo acceder al subsidio del Mincetur?
Transformación de la nutrición escolar
El proyecto comenzó como una colaboración interinstitucional con la Dirección Regional de Agricultura para promover alimentos saludables producidos en el huerto escolar. En alianza con el programa de alimentación escolar QALIWARMA, se complementó el desayuno escolar con productos frescos del huerto. Los resultados fueron asombrosos, ya que se logró reducir y eliminar la anemia y la desnutrición crónica infantil en la escuela. Este éxito se logró bajo el lema «Escuela libre de anemia: un niño sano es un niño que aprende», comenta Mercedes Ynfante.
Huerto escolar como «Aula Verde»
Además de sus beneficios nutricionales, el huerto escolar se convirtió en un «Aula Verde» donde los niños participaron en investigaciones científicas. A través de la observación de la vida de las mariposas y otros insectos que habitaban el huerto, los estudiantes experimentaron la metamorfosis y aprendieron sobre la biodiversidad local. Esta experiencia contribuyó significativamente a la promoción de la conciencia ambiental bajo el lema «Carpinteritos comprometidos con la salud del Planeta».
Mejora de la convivencia escolar
En una región con altos índices de violencia ciudadana, el huerto escolar se convirtió en un espacio para actividades educativas al aire libre. Esto permitió a los niños y niñas mejorar sus relaciones interpersonales, reducir la violencia escolar y aumentar la concentración al disminuir la hiperactividad.
Contribución a la calidad educativa
El proyecto no solo mejoró la salud y la convivencia, sino que también contribuyó a la mejora del rendimiento escolar y la calidad educativa en la región. Al integrar la mini granja escolar en 2020, se ampliaron los espacios para la investigación y se recuperaron más áreas verdes. Se establecieron alianzas estratégicas con diversas instituciones, incluyendo la Universidad Nacional de Tumbes y el Instituto Tecnológico 24 de Julio de Zarumilla, lo que permitió la expansión del huerto con frutales, verduras, hortalizas, plantas aromáticas y medicinales, y especies ornamentales.
Fomentando el emprendimiento y la economía familiar
La implementación de la mini granja avícola como proyecto educativo no solo enriqueció la experiencia educativa, sino que también preparó a los niños y niñas para emprendimientos escolares. Esto les brindó la oportunidad de plasmar ideas de negocios y contribuir a la economía familiar, aprendiendo a generar ingresos y mejorar su calidad de vida.
Reconocimientos y logros destacados
El éxito del proyecto no pasó desapercibido. En 2022, la IEI Jesús el Carpintero fue galardonada con el primer lugar en el concurso regional de buenas prácticas educativas de la UGEL Zarumilla.
El Gobierno Regional de Tumbes y la Dirección Regional de Educación reconocieron y felicitaron la innovación en las prácticas educativas de la institución. Además, en 2023, el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS), a través del Programa de Alimentación Escolar QALIWARMA, invitó a la IEI Jesús el Carpintero a presentar su exitosa experiencia en el manejo de huertos escolares a nivel internacional, en un evento auspiciado por la FAO Brasil, con la participación de representantes de 15 países de América Latina y el Caribe.
Aurora Mercedes Ynfante, quien preside el Comité de Alimentación Escolar (CAE), compartió durante la reunión con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) la experiencia de su institución educativa en la implementación exitosa de un biohuerto y una granja escolar. Estas iniciativas han tenido un impacto significativo en los 127 estudiantes, fomentando la adquisición de hábitos de vida saludables, inculcando valores de responsabilidad y orden, y contribuyendo a la formación de un carácter disciplinado y libre de violencia.
Caso de éxito
El huerto escolar de Zarumilla es un ejemplo extraordinario de cómo la educación puede transformarse al conectarse con la naturaleza y la comunidad local. Ha mejorado la calidad educativa, la convivencia escolar y la salud de los niños, convirtiéndose en un faro de esperanza en una región con desafíos significativos. El huerto escolar de Zarumilla no solo cultiva mariposas y hortalizas, sino también futuros brillantes ‘carpinteritos’