En medio de un escenario caótico de asfalto deteriorado, los estudiantes de la Universidad Privada Antenor Orrego se enfrentan a una batalla diaria contra los elementos para alcanzar sus aulas. Cada jornada se convierte en una odisea que se inicia con la incertidumbre de si llegarán indemnes o si caerán presa de los insidiosos huecos que acechan en el camino.
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La odisea de los estudiantes: Entre huecos y desafíos, la lucha por llegar a la UPAO
Al son del reloj marcando el inicio de las clases, los jóvenes se lanzan a las calles, enfrentando un laberinto de cráteres que desafían la lógica y la seguridad vial. El suspense se apodera de sus corazones mientras esquivan cada obstáculo con destreza, rezando para no sucumbir ante los agujeros traicioneros que amenazan con devorar neumáticos y suspensiones.
El viaje comienza en el bullicioso grifo Primax, donde los motores rugen y el olor a combustible impregna el aire, prometiendo una jornada llena de emociones.
A medida que avanzas por las calles, te encuentras en la pintoresca avenida Tallanes, pero en lugar de una vía suave y segura, te enfrentas a un desafío que pone a prueba tus habilidades de conducción.
Cerezas que adornan el pastel
Cada paso adelante es una lucha contra los elementos, ya que los huecos en el asfalto superan en número a los tramos intactos. El ruido ensordecedor de las ruedas golpeando el pavimento irregular se mezcla con el sonido de los motores que claman por un respiro.
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Los desafíos no pasan desapercibidos para las autoridades. El alcalde de Piura, Gabriel Madrid, revela que los daños causados por las lluvias y la insatisfactoria calidad de las obras previas demandan una inversión de 68 millones de soles a la municipalidad. Mientras que, la Superintendente de la Unidad de Negocios de Infraestructura Vial de Pacasmayo, Ángela Madariaga, advierte sobre los riesgos que representan las pistas en mal estado, como accidentes de tránsito, daños a vehículos y problemas de salud.
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Mientras tanto, los conductores se convierten en habilidosos malabaristas urbanos, esquivando huecos con destreza mientras el drama se intensifica con cada golpe sordo que resuena en los vehículos, recordándoles el peligro constante.
Pero la verdadera protagonista de esta crónica social es la ciudad misma. Piura, envuelta en un velo de polvo y desolación, se alza como testigo silencioso de la lucha diaria entre el hombre y la naturaleza descuidada. Sus calles agrietadas sirven como escenario surrealista donde el caos y la desidia bailan en una macabra coreografía.
Y así, entre polvo y maleza, los estudiantes avanzan hacia su destino, desafiando las leyes de la física y la lógica en un intento desesperado por obtener la educación que tanto anhelan. Porque en la Universidad Privada Antenor Orrego, la verdadera lección se aprende en las calles, donde cada hueco es una prueba de resistencia y cada bache, una lección de supervivencia.
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